Fiestas de Jimena

Según narra la leyenda, se le apareció al escribano real y vecino de Jimena, Luís Martínez.

Corría el mes de agosto de aquel año cuando el joven Luís, que era entonces estudiante de escribano en Granada, regresaba a casa y, en el largo camino que separaba la población de la capital granadina, se sentó a descansar en una cueva situada en el barranco de Cánava. Fue allí donde se le apareció la Virgen y le pidió que se le erigiera una ermita en dicho lugar, como así se hizo proclamándola al mismo tiempo patrona del término. De la que fuera primera ermita se tiene conocimiento a partir de 1672, pues se hace referencia a ella en unos documentos en los que se especifica la necesidad de una nueva construcción por ser esa extremadamente pequeña. Así que en 1683 se pudo erigir una nueva un poco más grande, siempre en el mismo lugar y términada con donaciones de los propios jimenatos. La actual ermita, a la que se la conoce como el Santuario de Cánava, data de 1910.

El ciclo ritual de la patrona de Jimena se extiende a lo largo de diferentes momentos del año.

El primer momento tiene lugar cada año el día 7 agosto, día en el cual da comienzo la novena dedicada a la patrona y que finaliza el día 15.

Al mes siguiente de la Romería de Cánava, el día 31, independientemente del día de la semana en el que caiga, la Virgen es bajada desde su ermita de Cánava de nuevo al pueblo en cumplimiento de un voto realizado en el año 1755 por el Cabildo municipal, en acción de gracias por su intersección ante un terrible terremoto y una epidemia de cólera que pasaron sin dejar rastro en la localidad de Jimena. A partir de esa fecha la Virgen de los Remedios pasa todo el mes de noviembre en la iglesia parroquial de Santiago el Mayor. A este acto se le denominada «la bajada de la Virgen» y vuelve a su ermita un mes más tarde, en el último domingo de noviembre, donde permanece de nuevo hasta sus fiestas de septiembre.

En la mañana del día 7 de septiembre tiene lugar el pregón que da comienzo a las fiestas, seguido del tradicional desfile de gigantes y cabezudos por las calles de la localidad. Ya por la tarde, alrededor de las cinco, la banda de música se cita en la plaza del pueblo para comenzar la recogida de las autoridades civiles y eclesiásticas. A la llegada de las autoridades al paraje de Cánava se encuentran ya esperando en él una gran cantidad de vecinos y visitantes, así como los diversos caballistas y las tradicionales carrozas que van a participar en el concurso. Los miembros del jurado, pertenecientes todos a la corporación municipal, recorren la larga fila formada por unos y otros con el fin de decidir quienes serán los ganadores.

Finalizado el certamen, da comienzo la romería de bajada de la Virgen desde su santuario hasta el pueblo.

Al llegar la comitiva a la plaza del pueblo, el resto de vecinos y visitantes les están esperando para presenciar las tradicionales vueltas a la imagen en las cuales bendice todo y a todos los que estén a su alrededor.

Una vez hecho esto da comienzo la verbena popular a la que asisten todos los vecinos y visitantes. 

Posteriormente se desarrollan distintas actividades y concursos organizados por el ayuntamiento. Ya por la tarde, de nuevo tiene lugar el ritual de recogida de las autoridades y alrededor de las ocho la Virgen es procesionada por las calles principales del pueblo en un recorrido bastante extenso. Finalizado, la música vuelve a acompañar a casa a los miembros de la jerarquía oficial. La verbena, que al menos se celebra ochenta años atrás, se desarrolla a lo largo de dos noches consecutivas, concretamente las del 8 y el 9 de septiembre.

El recinto del paraje de Cánava se cierra y sólo es posible la entrada si lleva traje de noche o de faralaes en el caso de las mujeres y vestido de etiqueta en el caso de los hombres.

El día 10 es el último día de las fiestas. Al caer la tarde, la banda de música una vez más realiza su periplo protocolario para recoger a las autoridades finalizando en la iglesia. Desde allí sale la comitiva encabezada por el estandarte y la bandera de la hermandad y siguiendo el mismo orden jerárquico de la romería de bajada. Al salir del casco antiguo, se le incorporan los caballistas y las carrozas que acompañan a la virgen hasta su llegada a su santuario. A la llegada de la Virgen a su ermita, y una vez que ella se encuentra dentro del mismo, tiene lugar el relevo del Hermano Mayor de la hermandad. El entrante, que es el que ha llevado hasta ese momento el estandarte de la cofradía, le ofrece el mismo al hermano que le sucederá en el cargo, al tiempo que él recibe la vara de manos del hermano saliente. A partir de ese momento, quedan certificados los nuevos cargos. La banda de música entonces vuelve a acompañar en primer lugar al párroco, continuando por las autoridades municipales y finalizando en casa del recién estrenado Hermano Mayor.

Septiembre.

Las fechas de las fiestas de septiembre son invariablemente del 7 al 10 del mes de septiembre, con independencia del día de la semana en que caigan las mismas.

Incluso en el siglo XVI, hay registros escritos que confirman que durante la celebración del Corpus Christi, se llevaba a cabo el evento del «toro de maroma». Este evento fusionaba la diversión popular con la grandeza de la religiosidad en una festividad de alta importancia. Este acontecimiento temprano sirvió como precursor del actual «toro de fuego» presente en las festividades patronales.

El evento de los Toros de Fuego en Jimena presenta un emocionante espectáculo. Estas figuras evocativas del toro, no animales reales, desencadenan en auténticas persecuciones. Los participantes sienten la adrenalina en cada paso durante este evento. Centenares de corredores y espectadores experimentan el espectáculo pirotécnico, mientras que fuegos artificiales iluminan la plaza de la Constitución. Aunque peligroso, este ancestral encierro de fuego es cautivador.

Durante las Fiestas Patronales, consultar las redes sociales del Ayuntamiento para ver el programa.

La practica de los Tios de Ricia tiene sus orígenes en los antiguos «Judas», en los que se descargaba la indignación popular. En Jimena, se cree que esta costumbre se originó en el siglo XVIII, durante la época de Carlos III, como una representación satírica de los recaudadores de impuestos en respuesta a un aumento impositivo.

La Festividad de la Cruz consiste en la procesión hacia los campos de Nuestro Padre Jesús, con la Cruz a Cuestas, organizada por su hermandad que, tras la procesión, celebran el ágape.

La festividad de los Tíos de Ricia es de origen pagano e involucra la decoración de las calles de Jimena con muñecos creados por los lugareños. Estos muñecos están rellenos de paja y tienen ollas de cerámica como cabezas, representando a los antiguos recaudadores. Se lleva a cabo un concurso donde la victoria no se otorga a la cruz más hermosa, sino al «tío de ricia» más auténtico. Estas figuras, confeccionadas a partir de ropas viejas y papeles, son ubicadas de forma juguetona en las calles, algunas veces en grupos, y exhiben posturas cómicas. Los carteles que acompañan a estos muñecos hacen alusión humorística a sucesos notables ocurridos durante el año.

Se celebra el 3 de mayo

El inicio de esta costumbre en la península ibérica se remonta a la Edad Media. A medida que avanzaba la reconquista, los nuevos habitantes cristianos, al desplazar a los pobladores musulmanes o establecerse en comunidades distintas, trajeron consigo sus propias tradiciones.

La festividad de gigantes y cabezudos en Jimena, diseñada para los niños, es también protagonizada por ellos. Durante el pasacalles, los jóvenes asumen el control de los gigantes y cabezudos, liderando el desfile con entusiasmo y alegría contagiosa.

El pasacalles se celebra todos los años el día 7 de septiembre y sale de la Plaza de la Constitución.